Era media tarde y el sol ya aluzaba cada pasaje en especial este que deambulaba yo, parece que no había fin, y yo pensaba en cada paso que daba.
Era un pasaje diferente, era una vida distinta, enormes vidas edificadas con los mejores arboles o con la mejor tierra, casi tocaban el cielo y yo casi perdía la mirada, enormes ventanales de cristal permitían volar hacia cualquier horizonte, mas de cuatro enormes puertas pulidas finamente permitían precipitarse a donde imagináramos, era otra vida, otra historia y yo era distinta.
Seguía marchando aun sin arribar a esa entrada que me esperaba, todo lo que había en cada paso estaba complacido de detalles y yo con mi mirada pensaba en escribirlos, no tenia prisa, no tenia preocupación, solo tenia cansancio.
Ya por fin llegaba a mi rumbo, un cachorro se asomaba y aullaba impacientemente y un portón abierto me decía que entrará, fue mas extensa la salida que la entrada, ya estaba afuera y el sol dispuesto a proseguir hasta el final, marchábamos paulatinamente a la salida de esta vida , de este pasaje, tan distinto y lejano a la vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario